viernes, 16 de mayo de 2008
El Palacio Arzobispal de Valladolid
Palacio arzobispal por la noche.
El Palacio Arzobispal de Valladolid, es la residencia de los arzobispos vallisoletanos y sede de la archidiócesis de Valladolid. Fue construido a mediados del siglo XVI. En principio fue un palacio civil propiedad del matrimonio Juan de Villasante y María de Villarroel, hasta que el primer arzobispo vallisoletano, Luis de la Lastra y Cuesta, lo convirtió en sede episcopal en 1857.
Se encuentra situado en la calle San Juan de Dios, justo enfrente del Teatro Calderón de Valladolid.
El palacio, de grandes dimensiones, tiene dos torres que avanzan con respecto al plano de la fachada, modelo que será repetido en el Palacio de Fabio Nelli (sede del Museo Arqueológico de Valladolid). La fachada presenta un arco de medio punto, con medallones en la parte superior de las ventanas que representan los retratos de Juan de Villasante y María de Villarroel, está construida en mampuesto enfoscado y sillares regulares de piedra, la puerta presenta columnas jónicas, y la la parte superior está ornamentada a base de jarrones con frutos.
Su patio, culminado en sus cuatro lados, tiene dos alturas, siendo plateresco el diseño el diseño de los capiteles de las columnas. Al convertirse en sede arzobispal sufrió algunas alteraciones, colocándose el escudo de de la Lastra junto con el escudo real en la puerta principal. Recientemente con la restauración del edificio se ha colocado en la caja de su escalera un artesonado del siglo XVI procedente de Fuente el Sol.
A la capilla privada del palacio se trasladó el siglo pasado un retablo procedente de la desaparecido Iglesia de San Esteban de Portillo, (Valladolid). El retablo está formado por pinturas, mayoritariamente alusivas a la vida de San Esteban realizadas en el primer decenio del siglo XVI momento de auge de la escuela vallisoletana. Las esculturas que forman el retablo parecen estar relacionadas con el taller de Alejo de Vahía. En esta misma capilla se conserva también la sila abacial de la primitiva colegiata vallisoletana decorada con un relieve de San Pedro, fue realizada en el siglo XV.
En el salón del trono y en el despacho episcopal pueden contemplarse seis grandes cuadros del florentino de Vicente Carducho, serie encargada en 1626 al pintor con destino al claustro de la Cartuja de El Paular de Madrid, con escenas de vidas de santos cartujos. También se pueden observar los retratos de los arzobispos vallisoletanos realizados por Blas González García-Valladolid en los últimos años del siglo XIX.
Estas son las características de este imponente palacio.
Un abrazo y no olvideis dejar vuestro comentario.
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2 comentarios:
Preciosa la fachada del Palacio Arzobispal, mejor de noche como se ve en la foto principal de hoy.
La verdad es que esa fachada junto a las imagenes de nuestra Semana Santa quedan geniales jeje
1 abrazo!
Gran entorno y hermoso palacio que gano muchísimo a raiz de la restauración de la calle.
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