Bandera de Castilla y León.
La Guerra de las Comunidades de Castilla fue el levantamiento armado de los denominados comuneros, acaecido en la Corona de Castilla a principios del siglo XVI, es decir, a comienzos del reinado de Carlos I. Fueron las ciudades protagonistas las del interior castellano, situándose a la cabeza de las mismas las de Toledo y Valladolid. Su carácter ha sido objeto de agitado debate historiográfico, con posturas y enfoques contradictorios. Así, algunos estudiosos califican la Guerra de las Comunidades como una revuelta antiseñorial; otros, como una de las primeras revoluciones burguesas de la Era Moderna, y otra postura defiende que se trató más bien de un movimiento antifiscal y particularista, de índole medievalizante o retrógrada.
El levantamiento se produjo en una situación de inestabilidad política en la corona de Castilla, que se arrastraba desde la muerte de Isabel la Católica (1504). En octubre de 1517, debido al mal estado de la mar, el joven rey, Carlos I, desembarcó en Laredo (Cantabria), tras desviarse de su ruta inicial, cuyo destino era Asturias.
El rey provenía de Flandes, donde se había autoproclamado rey de sus posesiones hispánicas en 1516. A las Cortes de Valladolid de 1518 llegó sin saber hablar apenas castellano y trayendo consigo un gran número de nobles y clérigos flamencos como Corte, lo que produjo recelos entre las élites sociales castellanas, que sintieron que su advenimiento les acarrearía una pérdida de poder y estatus social (la situación era inédita históricamente). Este descontento fue transmitiéndose a las capas populares, y, como primera protesta pública, aparecieron pasquines en las iglesias donde podía leerse:
«Tú, tierra de Castilla, muy desgraciada y maldita eres al sufrir que un tan noble reino como eres, sea gobernado por quienes no te tienen amor»
Ajusticiamiento de los Comuneros
Las demandas económicas, coincidentes con la salida del rey para la elección imperial en Alemania (Cortes de Santiago y La Coruña de 1520), produjeron una serie de revueltas urbanas que se coordinaron e institucionalizaron, encontrando un candidato alternativo a la corona en la reina propietaria de Castilla: la madre de Carlos, Juana, cuya incapacidad o locura podía ser objeto de revisión, aunque la propia Juana, de hecho, no colaborara.
Tras prácticamente un año de rebelión, se habían reorganizado los partidarios del emperador (notablemente la alta nobleza y los territorios periféricos castellanos, como Andalucía), y las tropas imperiales asestaron un golpe casi definitivo a las comuneras en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521. Allí mismo, al día siguiente, se decapitó a los líderes comuneros (Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado). El ejército comunero quedaba descompuesto. Solamente Toledo mantuvo viva su rebeldía, hasta su rendición definitiva en febrero de 1522.
Las Comunidades han sido siempre motivo de atento estudio histórico, y su significado a veces ha sido mitificado y utilizado políticamente, en particular a partir de la visita de El Empecinado a Villalar el 23 de abril de 1821, con motivo del III centenario de la derrota (tal como era sentida por los liberales). Pintores como Antonio Gisbert retrataron a los comuneros en algunas de sus obras, y se firmaron documentos como el Pacto Federal Castellano, con claras referencias a las Comunidades. Los intelectuales conservadores o reaccionarios adoptaron interpretaciones mucho más favorables a la postura imperial y críticas hacia los comuneros. A partir de la segunda mitad del siglo XX se revitalizaron los estudios históricos haciendo uso de una metodología renovada.
Más recientemente, en el plano político, desde principios de la Transición, se comenzó a conmemorar la derrota cada 23 de abril, alcanzando finalmente, con la conformación de la comunidad autónoma de Castilla y León, el estatus de día de la Comunidad. Asimismo, su utilización como elemento simbólico está muy presente en los movimientos castellanistas y regionalistas. Ha tenido una notable difusión popular mediante el poema épico Los Comuneros, de Luis López Álvarez, musicalizado por el Nuevo Mester de Juglaría.
Bandera Comunera
En este año, además el día de la comunidad coincide con el 25 aniversario de la firma del Estatuto de Autonomía Castellano-Leones.Toda la historia de la revolución comunera pinchando aqui
Esta es la actualización de hoy, 23 de Abril, dia de Villalar, de los Comuneros, y de nuestra comunidad, la que un tiempo se llamo Castilla La Vieja, y hoy es Castilla y León.
Podeis mandar vuestras imágenes de la ciudad a:
cristian_despojo@hotmail.com
Un abrazo, no olvideis dejar vuestro comentario, y feliz dia de Castilla y León.
3 comentarios:
Cristian, cambia las tres primeras líneas del texto. Ahí pones que el movimiento comunero tiene lugar entre 1522 y 1524, obviamente eso es imposible ya que acaba con la rendición de Toledo (dónde todavía resistía María Pacheco, esposa de Juan Padilla)en 1522. Además, la batalla de Villalar que supuso, sino la rendición definitiva de los comuneros, sí la derrota clave, fue el 23 de Abril de 1521.
Un saludo.
Feliz dia de Castilla y León a todos!!!
¡¡¡Gracias pinciano, ya lo cambio!!!
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